martes, 12 de noviembre de 2013

Felipao tiene que irse ya de Moscú

En realidad no estamos descubriendo el agua tibia. El paso de Felipe Caicedo por el Lokomotiv de Moscú puede haber sido todo lo rentable económicamente que quiera considerarse pero en el aspecto deportivo está pesando como una losa sobre el presente y futuro del delantero ecuatoriano.

7,5 millones de euros fue el precio que pagó el club de la capital rusa al Levante para hacerse con sus servicios durante el verano de 2011. Firmó por cuatro temporadas, de las que ya han transcurrido casi dos y media. Pasado este tiempo la situación deportiva de Felipao es preocupante. No juega, lo que hace que su valor de mercado caiga. Pero al mismo tiempo su elevado sueldo (2 millones de euros al año, el quinto mejor pagado del Lokomotiv) le resta atractivo para otros clubes. Y el tiempo pasa inexorablemente. A pesar de ser joven, Felipe Caicedo ya no tiene categoría de promesa a sus 25 años.

El diario ruso Izvestia citaba ayer unas declaraciones del empresario José Chamorro diciendo que el delantero está "listo para un nuevo reto en su carrera", ya sea saliendo en calidad de préstamo por seis meses cuando se abra el libro de pases (diciembre-enero) o desvinculándose definitivamente. El agente dice que el atacante despierta la atención de varios clubes pero reconoce que no hay un interesado en concreto (en Inglaterra mencionan al West Ham United, en Italia a la Lazio y en España al Espanyol, aunque siempre basándose en la publicación original de Izvestia). Ya hoy, la noticia recorre los diversos medios deportivos rusos:





Aunque ha participado en 12 de los 16 juegos de su equipo, Caicedo sólo acumula 317 minutos. No ha disputado ningún partido completo esta temporada. Las tres veces que fue titular lo cambiaron. Sólo ha convertido un tanto (en la goleada 5-0 contra el Rostov) y falló un penal en la tanda que costó la eliminación a su equipo en la Copa de Rusia. Vladímir Maminov, exasistente técnico del equipo, lo califica de poco fiable e inconstante en su fútbol y el Lokomotiv no parece necesitarlo demasiado. Va segundo en la tabla a pesar de que el guayaquileño juega muy poco.





Una pesadilla que el exjugador del Manchester City olvida cuando se pone la camiseta de Ecuador. Allí anota goles, es importante, se siente querido. Parece incluso impopular que la prensa hable del mal momento que vive en Rusia. Felipao sigue de moda, hasta por el éxito de su marca de ropa, y los medios se pelean por un retuit suyo. No es recomendable que el jugador viva esos altibajos deportivos y emocionales. Idolatrado en Ecuador, postergado en Rusia. El futbolista necesita estabilidad.

Quizá ese sea el motivo que ha llevado a su representante a hablar (con todo derecho porque para eso es su agente) en nombre de Caicedo y hacer público que quiere dejar el club. Felipao no puede esperar. Si cumple su contrato en el Lokomotiv lo acabará con 27 años y disputando pocos minutos salvo un cambio radical de la situación.

El problema es que Felipe Caicedo gana dos millones de euros anuales en Rusia, un salario similar al de futbolistas de la liga española como Arbeloa, Khedira o Soldado antes de irse al Tottenham. Difícil que un club pague ese sueldo a un delantero que lleva dos años y medio jugando muy poco. El jugador tendrá que ceder en sus aspiraciones económicas, muy aparte del sacrificio que seguramente deberá hacer el club, que ve ya imposible recuperar los 7,5 millones invertidos.

Tal vez a Felipao le toque repetir la jugada de hace tres temporadas cuando llegó al Levante. Es decir, aceptar un salario no tan alto en un club que le garantice continuidad. Allí, a punta de goles, podrá pelear por un mejor contrato para la temporada siguiente si es lo que prioriza en su carrera. Todo esto sin analizar lo que se espera de él para la Selección, que necesita que llegue al Mundial en pleno rendimiento. Felipe Caicedo tiene que dar un paso al frente. Quedarse en Moscú ya no es una opción.



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